La música indígena mexicana prehispánica no era solamente pentatónica, como se ha afirmado, sino que sus características estructurales (melódicas, rítmicas, prosódicas, tímbricas) variaban según la región y la lengua autóctona, entre las diversas culturas que componían el México antiguo. Como se desprende de los hallazgos y estudios arqueomusicológicos de los últimos cincuenta años, el panorama musical precortesiano es mucho más complejo de lo que supusieron los tratadistas clásicos. Es notorio que, por ejemplo, la noción de escala musical no existía en México, sino más bien tonalidades que se desprendían de modos tradicionales de habla, tomando en cuenta que la mayor parte de las lenguas nativas mexicanas eran lenguas tonales; muchas de las que hoy sobreviven lo siguen siendo, por ejemplo las diversas lenguas de origen Maya, o bien el Hñähñu o el Porhépecha. De esta manera, cada caso peculiar merecería un análisis propio, en vez de una generalización sistemática.
Se ha dicho, por ejemplo, que las piezas vocales eran monódicas, a veces antifonales, pero los conceptos de monodia y antífona son ajenos a las culturas mexicanas prehispánicas. Como ilustración, valga decir que algunas "melodías" presentes en lenguas autóctonas, se entonan por "colores" o "timbres" de una sola voz (los oratorios tzeltal son sólo un ejemplo). Se ha dicho también que tales piezas se transmitían por tradición oral, sin embargo se ha probado que algunos instrumentos como el teponaztli mexica se empleaba como auxiliar para la memorización, algo que también ocurre hasta hoy con diversos instrumentos de percusión entre los pueblos maya.
Por otra parte, es indudable que este repertorio y otras piezas no vocales, tenían un empleo muy variado en ceremonias, de guerras, así como en fiestas y juegos, con sentido poético y amoroso.
Entre los Aztecas o Mexica, la música se enseñaba junto con la danza en las escuelas denominadas cuicacalli ('casa del canto'). Los instrumentos musicales se guardaban en el mixcoacalli ('casa del dios del fuego
- Tlapitzalli: flautas o flautines de barro, carrizo, hueso, etc.
- Huilacapitztli: ocarinas, tortolitas y jarros silbadores.
- Atecocolli: caracol marino usado como trompeta por su sonido grave y profundo.
- Toxacatl: vara delgada que se aspira.
- Hom: aerófono largo hecho de guaje o de madera
- Incus: aerófono largo hecho de quiote de maguey
- Silbato de ruido: aerófono de doble diafragma, generador de ruidos complejos y sonido de viento Tetzilacatl: artesón metálico que sonaba como gong.
- Huehuetl: tambor vertical de un tronco hueco decorado artísticamente, con sus costados labrados y aberturas en la base, recubierto en la parte superior con la piel de venado u ocelote. Se percutía con las manos en las danzas.
- Panhuehuetl: tambor mayor.
- Tlalpanhuehuetl: tambor gigante de 2,50 metros que desde lo alto de los templos anunciaba la guerra hasta una distancia de 12 km.
- Teponazhuehuetl: Teponaztli con lados adyacentes para ser tocados en parche piel
- Teponaztli: tambor horizontal de un tronco hueco de madera dura, que se percutían con dos macillos cubiertos de hule en un extremo, para el cambio de guardia nocturna, ceremonias religiosas y señales de guerra.
- Tambores de barro prehispánicos: con forma de cántaro y copa.
- Tambor de u: cuerpo de barro en forma de U, con un parche en una abertura
- Ayotl: caparazón de tortuga, percutida en la parte inferior con un asta de venado.
- Chicahuaztli: bastón con sonajas
- Omichitzicahuaztli: raspador de hueso o asta de venado con muescas
- Ayacachtli: sonaja de guaje seco o calabazo de barro o metal, lleno de piedritas o semillas, para acompañar a las danzas.
- Tenabaris: capullos de mariposa, secos y atados en grupos, con piedritas en su interior. Se amarraban a los tobillos y muñecas de los danzantes.
- Arco percutor: cordófono en forma de arco, simple o con guaje como resonador ) Los rasgos más característicos de la política musical azteca, son los privilegios civiles, como la exención de tributos de la que gozaban los músicos profesionales, y las jerarquías que ocupaban en los templos.
Los artistas, aun cuando recibiesen honores y riquezas, formaban parte del servicio doméstico de los señores.
Los músicos recibían un mecátl o cordel distintivo (de donde viene la palabra americana mecate (del nahuatl mecatl, cordel), que portaban en la cabeza, colgando las puntas encima del pecho.
Heredaron por línea directa el instrumental tolteca (por ende teotihuacano) asimilando el legado de las culturas contemporáneas de toda Mesoamérica.
La música en las culturas prehispánicas
- Instrumentos musicales prehispánicos
En México, las tres principales culturas prehispánicas: azteca, maya e inca, tuvieron un grado de evolución similar, tal vez superior al de otras culturas europeo-asiáticas. En el campo de la música, construyeron una diversidad de instrumentos musicales; se destacan los de percusión y aliento, con los que lograban establecer una comunicación y equilibrio con los elementos de la naturaleza.
- Aztecas
Sus composiciones eran interpretadas en una cámara llamada Mixcoacalli, en ella intervenía un grupo de ejecutantes y cantantes llamado Cuya-Picque. Los principales instrumentos utilizados eran :
Huéhuetl.-Tambor construido con un tronco de árbol ahuecado, con ranuras en la parte inferior que dan forma a la base del instrumento y una piel de tigre tensada en la parte superior.
Teponaztli.-Tronco de árbol ahuecado dispuesto horizontalmente y con los extremos cerrados. En la parte superior lleva dos lengüetas formadas por angostas incisiones, que al ser golpeadas producen interesantes sonidos.
Tlapitzalli.-Toda una diversidad de flautas que producían sonidos muy agudos, similares a los que produce el picolo.
Ocarina.-Pequeño instrumento de aliento, construido con barro; tiene dos, tres, cuatro y hasta cinco orificios que producen de dos a quince sonidos diferentes. Para controlar su afinación, se le hacen dos orificios adicionales.
Tzicahastrli.-Raspador construido con un fémur humano, dotado de una serie de ranuras, que eran frotadas con una concha.
Atecocolli.-Caracol marino utilizado como instrumento de aliento. Con un corte en el vértice, se hace la boquilla; el sonido es producido por una fuerte emisión de aire que hace vibrar la punta de los labios. - Mayas
Esta gran cultura florece al sureste de la republica Mexicana y parte de América Central. El canto y la música fueron utilizados como importantes medios de educación estética, por lo cual se les da una atención especial.
Entre los principales instrumentos musicales, destacan : el zacatán y el tunkul, caracoles, ocarinas, tambores, sonajas, flautas de caña y de hueso, etc.
Entre los pueblos mesoamericanos, los mayas alcanzaron un alto grado de desarrollo artístico que se manifiesta en todas sus realizaciones y formas.
Dentro de las prácticas religiosas, el ejercicio musical fue desarrollándose conjuntamente con la religión.
El uso jerarquizado de la música se estableció desde los inicios de la historia maya, y pasó a formar parte de un concepto divino. - Incas
La cultura inca se desarrollo en América del sur, abarcando los siguientes países : Ecuador, Colombia, Bolivia, Perú, Chile, Argentina y parte de Brasil. En el aspecto musical, encontramos esquemas muy similares a los mayas y aztecas. En los instrumentos musicales se presentan muchas similitudes, solo que con otros nombres, por ejemplo :
La quena y en pinkullo.- Son flautas construidas con huesos humanos o de animal.
La antara.- Es un instrumento de aliento construido con una serie de cañas de varios tamaños dispuestas en serie.
El fotuto.- Caracol marino gigante con una boquilla en el vértice, utilizado como instrumento de aliento
Tinya.-Pequeño tambor que se construye templando pieles, ya sea de oveja, llama o venado. En uno de los parches, lleva templadas dos cuerdas para dar ajuste al sonido. - Desde luego, la historia de nuestra música debe comenzar con el arte sonoro prehispánico que, aunque desaparecido en su forma y apariencia inicial, ha influido en mil sutiles formas sobre la posterior evolución de la música en México. Sin embargo, poco es lo que se puede decir respecto del substrato indígena de nuestro arte sonoro. Si bien el testimonio arqueológico, así como el de los cronistas de la Conquista, indican que la música tenía gran relevancia en el mundo indígena, la música prehispánica como tal sigue siendo para nosotros una incógnita.
Los hallazgos arqueológicos de instrumentos musicales indígenas nos hablan de su naturaleza acústica, de su gran variedad y difusión, así como de las diferencias que había entre el instrumental empleado por las diversas culturas mesoamericanas, pero son incapaces de decirnos cuáles eran los principios formales, los procedimientos de composición a que se recurría para hacer música con tales medios. Por otra parte, en el caso de la música prehispánica, el abundante testimonio de los cronistas españoles -exclusivamente verbal y con frecuencia cargado de prejuicios etnocéntricos y actitudes emotivas- se refiere básicamente a la música azteca, y secundariamente a la maya, sin proporcionar suficientes elementos de juicio acerca del arte sonoro de otras culturas que florecieron en lo que es hoy el territorio mexicano.
Igualmente, el intento de reconstruir ese mundo sonoro a partir de la música de los grupos indígenas actuales tiene que ser seriamente cuestionado ya que, por un lado, la música de todos ellos, incluso los más primitivos y apartados, muestra profundas huellas del impacto europeo y, por el otro, los grupos que mantienen con mayor pureza su carácter y hábitos tradicionales y que, por lo mismo, tienen más títulos para ser considerados como representativos del mundo indígena, se localizan en sitios que por lo general no corresponden a lo que puede considerarse propiamente como territorio mesoamericano, o bien apenas hallan en la áreas marginales del mismo y, además, jamás alcanzaron el elevado nivel cultural que tuvieron los pueblos de Mesoamérica o, si llegaron a tener un alto grado de desarrollo, han involucionado, degradando su herencia.
Sin embargo, el talento y la capacidad musicales del indígena están más allá de cualquier duda. La sorprendente velocidad con que la música europea fue asimilada y dominada por los indígenas inmediatamente después de la llegada de los conquistadores constituye una prueba fehaciente de la existencia de las cualidades indicadas. Los indios difícilmente hubieran dominado tan pronto el canto gregoriano o se habrían dedicado con tal entusiasmo al canto polifónico si hubiesen carecido de una fuerte tradición musical.
hola un favorsote amigo puedes decirme algunos instrumentos prehispánicos purépechas? Si son 20 esta perfecto: GRACIAS¡¡¡
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